Yuki Kawauchi era un aficionado más a
los maratones, como los miles que hay en Japón, pero su vida dio un giro
radical en el año 2011. Su actuación en el Maratón de Tokio,
logrando una marca de 2:08:37 sin ser profesional y subiendo al tercer cajón
del podio, disparó su fama por todo el país nipón. Los medios de comunicación
empezaron a hacerse eco de su historia, pues Kawauchi trabajaba a
tiempo completo para el gobierno de su nación.
Entrenaba en sus horas de ocio y viajaba
a los maratones costeándose todos los gastos y sin ningún tipo de patrocinio.
Desde aquel mágico día en Tokio el
intrépido corredor japonés empezó a viajar a más competiciones asiáticas.
Durante mucho tiempo no volvió a acercarse a esa marca que le lanzó a la fama,
pero pronto empezaría a cosechar victorias de relevancia, como el triunfo
logrado en el Kasumigaura Marathon en la primavera de 2012.
Además, contraviniendo todos
los tratados sobre atletismo y resistencia, Kawauchi disputa diez maratones
a lo largo de la temporada y una carrera de 50 kilómetros. Logró vencer en tres
consecutivos en apenas un mes y medio, firmando marcas entre las 2:10 y las
2:13.
A partir de entonces comienza una
trayectoria atlética sin precedentes, promediando un maratón al mes durante
casi una década. Logra ganar más de 40 maratones entre los
años 2012 y 2019, desafiando toda lógica fisiológica y demostrando una
capacidad de recuperación sobrehumana. Su mejor marca personal en la
distancia llega en Seúl 2013, parando el reloj en 2:08:14
Además de su calidad como atleta de
fondo, Yuki Kawauchi impresiona por su estilo agónico, valiente y combativo,
corriendo los últimos kilómetros al límite de sus fuerzas; agachando la cabeza,
apretando los dientes y cerrando los ojos en los momentos de mayor esfuerzo. No
entiende de estrategias y sale siempre a darlo todo desde el primer minuto. Con
el coraje y el arrojo de un Samurai, hasta donde el corazón y sus piernas le
lleven. Por eso es habitual que finalice sus maratones exhausto y más de una
vez trasladado a la enfermería.
Todavía como corredor aficionado
Kawauchi compitió con la selección de Japón en cuatro campeonatos del mundo de
Atletismo. Su mejor resultado fue una novena posición en Londres 2017. Pero sin
duda su victoria más prestigiosa llegó en el año 2018, cuando se
proclamó campeón del maratón más antiguo del mundo, Boston (uno de los Six
Majors) gracias a un crono de 2:15:58.
Yuki Kawauchi saltó a la
profesionalidad con 33 años, hace apenas unos meses, a comienzos del 2020,
dejando su empleo en el gobierno japonés y apostando por una disciplina que le
ha regalado momentos memorables en su vida. Hasta el estadillo de la crisis de
la COVID-19 había disputado dos competiciones con resultados más que discretos:
el Maratón de Marrakech (23º) y el Maratón del Lago Biwa (25º).
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